Diseño
y construcción de hornos
INTRODUCCIÓN
Que el horno es una de las herramientas
más importantes de un taller de cerámica es algo evidente, ( esta evidencia
se hace desagradablemente palpable cuando no funciona correctamente),
también es una de las mayores inversiones que tiene que realizar el/la
ceramista y encima no es algo de lo que se pueda prescindir. El precio
de compra de un horno es, a mi juicio, exageradamente alto, ya que las
materias primas empleadas en su fabricación no son precisamente caras;
sin embargo no son muchos los ceramistas que se lanzan a construir su
propio horno. Hay una especie de leyenda de taller que recela de eso,
planteándose el asunto como algo de gran dificultad y con serias probabilidades
de que el horno en cuestión no funcione bien, si algo es temido en un
taller es tener un horno que no suba correctamente. La verdad es que
hoy en dia hay cantidad de libros e información sobre el tema, y también
la masiva utilización de la fibra ha simplificado la construcción; asi
pués es más bién una cuestión de tomar la decisión
de hacerlo y ponerse manos a la obra.
La evolución de los diseños de hornos a lo largo de la historia
es un ejemplo de la forma de sacar conclusiones y la aplicación práctica
de esas conclusiones. Las primeras cocciones fueron las llamadas de
hoguera, que aún hoy se siguen haciendo en algunas partes del
globo (hay una versión moderna de ese tipo de cocción : en serrín
). A partir de aqui, oriente y occidente siguieron caminos diferentes;
en occidente el proceso fué cerrar esa hoguera naciendo asi el
horno circular, donde ya había una cámara para el fuego y otra para
las piezas, el siguiente paso fué estrechar la parte superior
del horno hasta convertirlo en un horno circular con una pequeña
chimenea ( horno de botella) y para de contar.
En oriente, sin embargo, optaron
por aprovechar las pendientes de las colinas y los hornos se hicieron
horadando esas pendientes, los primitivos anagamas tienen ese deseno.
La diferencia fundamental está en el tipo de tiro empleado, en occidente
siempre optaron por el tiro ascendente mientras que en oriente la tendencia
fué hacia el tiro cruzado, dejando, asi, la puerta abierta al
tiro invertido, siempre aprovechando los desnivéles naturales.
El punto álgido del diseño de hornos en oriente se alcanzó
con los naborigamas, o hornos de cámaras, donde ya alcanzaban temperaturas
de gres y porcelana. En todos los casos estamos hablando de hornos gigantescos
(con leña no conviene hacer un horno pequeño), hoy en dia en
los talleres de los llamados ceramistas independientes no se ven hornos
de tanto cubicaje, ha cambiado el modelo de taller, de trabajo, de horno,
de combustible y de materiales.
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